El primer lunes del mes de septiembre se celebra en esta nación El Día del Trabajo (Labor Day). La primera vez que se celebró este día fue el 5 de septiembre de 1882 en la ciudad de Nueva York. Los trabajadores de varios sindicatos se reunieron para reclamar de sus patronos mejoras salariales y otros beneficios laborales, y lo hicieron pacíficamente mediante manifestaciones callejeras. No es un secreto para nadie que, generalmente, los intereses de los obreros y de los patronos no coinciden.
La Biblia nos exhorta a trabajar. El apóstol San Pablo escribiendo a los cristianos de Tesalónica les dice: «Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma» (2da de Tesalonicenses 3:10). El trabajo no es un castigo como algunos erróneamente enseñan; antes de la caída ya Dios había ordenado a Adán que trabajara en el huerto de Edén (Génesis 2:15); la caída lo que hizo fue hacer que el trabajo fuera fatigoso (Génesis 3:19). Desde el punto de vista cristiano el trabajo es digno y honroso. Jesucristo, nuestro Maestro y Salvador, fue un obrero manual, un carpintero. El trabajo ennoblece, el trabajo agrada a Dios; lo que no agrada a Dios es que hagamos del trabajo un Dios, que lo adoremos, que estemos totalmente entregados al trabajo y descuidemos la familia, la salud y las cosas espirituales. A veces hasta los cristianos usamos el trabajo como pretexto para cumplir con nuestros deberes espirituales, cuando esto ocurre estamos desagradando a Dios; en este país y entre los inmigrantes esto es un serio problema. Bien sabemos, que a veces hay personas que tienen más de un trabajo para poder sobrevivir en una sociedad de consumo como la nuestra, donde el afán por las cosas materiales a veces es enfermizo. Debemos trabajar para sostener nuestra familia, para no ser carga social, para ser personas productivas y útiles, pero no esclavos del trabajo; a veces las cosas buenas se vuelven malas si no tenemos un sentido correcto del límite. Felicitamos a los trabajadores en su día y le exhortamos a honrar a Dios a través del mismo (Juan 6:27).
1 Comentario
Lucy Hernandez
9/2/2019 11:31:13 am
Querido pastor, una vez más me deleitó leyendo sus escritos semanales llenos de sabiduría de la Palabra de nuestro Señor pero también temas interesantes de su conocimiento de historia del mundo. Doy gracias a Dios por su vida y le pido que lo diga usando y cuidandolo por muchos años más. A Él sea toda la gloria. Amén 🙏
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AutorNilo Domínguez Archivos
Enero 2021
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