En muchos países del mundo, incluyendo EE.UU., el año fiscal comienza en el mes de octubre; esto es una buena práctica. Las finanzas, lo mismo de una familia, que de una empresa o de una nación, deben tener cierto orden y planificación. Tenemos que reconocer que los hispanos no somos muy amigos de eso, pero lo cierto es que el dinero no es un fin en sí mismo, sino un medio.
Desde la más remota antigüedad el hombre ha usado algún tipo de dinero o instrumento de cambio para comerciar. El trueque se usa todavía en algunas partes del mundo. El ganado vacuno se ha usado mucho en ese sentido. La ventaja es que el ganado ¡camina! No hay que llevarlo ni cargarlo. La palabra pecuniario viene de pecunia que es pecuario en latín. Las primeras monedas acuñadas fueron en metales preciosos. Mi abuelo paterno guardaba celosamente, como recuerdo, un centén (moneda española en oro), con el tiempo eso se dejó de usar, otros metales lo reemplazaron tales como la plata, el cobre, el níquel, etcétera. Más recientemente vino el papel moneda que fue una gran ventaja, pero la tecnología sigue avanzando y ahora tenemos las tarjetas de débito y crédito que algunos llaman dinero plástico. Pero todavía seguimos avanzando y ya esto casi que queda obsoleto. La moneda virtual está a la vuelta de la esquina. Casi todo ahora se hace por los teléfonos inteligentes, tabletas, computadoras, etcétera. Ya algunos vaticinan la desaparición del dinero en efectivo (cash). Pero algo que no cambia es tener sabiduría en el uso de los recursos. Muchas personas no saben usar su dinero, lo malgastan y eso no es bueno. Lo mismo la economía familiar, que la empresarial, que la pública, necesitan de algún tipo de presupuesto. No se puede gastar más de lo que se recibe. Cuando eso sucede vienen consecuencias dolorosas. La famosa quiebra de los bancos del año 1929 todavía se recuerda en la historia como algo terrible. Los cristianos debemos tener orden y sabiduría para gastar nuestro dinero en lo que es bueno y necesario. Esta sociedad de consumo nos invita constantemente a gastar y gastar sin recordar que también hay que ahorrar. El primer renglón de un presupuesto cristiano debe ser ¡el diezmo! No lo olvidemos. Malaquías 3:8-10
1 Comentario
Lucy Hernandez
10/29/2019 11:55:46 am
Gracias de nuevo querido pastor por sus sabios consejos que nos ayudan tanto en muchos de los aspectos de la vida.
Responder
Deja una respuesta. |
AutorNilo Domínguez Archivos
Enero 2021
Categorías
Todos
|